Visita a la Casa hogar SOS
14 octubre 2016 (Save to calendar)
El santo padre Francisco siguiendo con la tradición de los Viernes de la Misericordia, en el marco del Año Jubilar, ha visitado esta la tarde la casa hogar “Villaggio SOS”, ubicado en la zona de Boccea. Se trata de una casa hogar que acoge a niños cuya dificultad ha sido señalada por los servicios sociales y por el tribunal, debido a condiciones de malestar personal, familiar o social. La casa trata de recrear un ambiente adecuado para garantizar a los niños un crecimiento sereno que el núcleo familiar original no les puede ofrecer. El Papa llegó a primera hora de la tarde de forma totalmente inesperada, como de costumbre, llevando, además, de una grata sorpresa, dulces y regalos para todos los niños.
La Casa hogar de Boccea está compuesta por cinco casas y en cada una de ellas viven un máximo de seis niños y niñas hasta una edad máxima de 12 años, junto a una responsable que es llamada “Mamma SOS”. El modelo educativo está pensado de tal modo que facilita el seguimiento y apoyo a los niños durante su crecimiento como personas. Se les acompaña, como si se tratara de una familia real, en todas las etapas de su desarrollo y se les ofrece todos los mecanismos para una exitosa integración en la sociedad. Los menores acuden a la escuela acompañados, frecuentan la parroquia y hacen deporte. Los profesionales, residentes, no residentes y voluntarios que trabajan en el centro siguen a los niños durante un período de varios años. Contribuyen así a crear unas relaciones humanas estables que les permite recuperar una adecuada autonomía. En la casa hogar, además, están presentes algunos chicos de más edad, que han decidido residir cerca del centro para continuar recibiendo apoyo y tener un punto de referencia, además de para ayudar en las actividades diarias. La casa hogar de Boccea toma el modelo pedagógico y organizativo de la primera casa hogar SOS, fundada en Austria en 1949.
Pablo y María, que dirigen la estructura le contaron al papa Francisco la historia del joven austríaco estudiante de medicina, Hermann Gmeiner, que después de la II Guerra mundial viendo a tantos niños huérfanos abrió en Austria una de estas estructuras, desarrollando un modelo educativo cercano al de una verdadera familia, contraponiéndolo al modelo de los orfanatos existente en esa época.
Durante la visita, los niños y niñas del centro, acompañados por el personal, llevaron al Papa a la zona verde de la casa, donde hay un campo de fútbol y un pequeño parque con juegos donde los niños tiene la posibilidad de encontrarse y jugar. Después le enseñaron sus habitaciones y sus juguetes, mientras el Papa escuchaba sus historias y se quedó a merendar con ellos. Después de saludar a todos los miembros de la casa el Papa regresó a Santa Marta a las 17:30 h.
Con este gesto el Papa ha querido llevar simbólicamente un poco de ternura a los niños que se encuentran en dificultad, que son maltratados o que son víctimas de la violencia en todo el mundo, que las noticias nos dicen ser todavía en número dramáticamente elevado, y recordar a los adultos que proteger a los niños, permitiéndoles una infancia llena de amor, es un gesto de misericordia que debe ser considerado obligatorio para todos.