Apertura de la Puerta Santa de San Juan de Letrán
“Es esta la puerta del Señor”, ha dicho el Santo Padre en el sugestivo rito de apertura de la Puerta Santa en la Basílica Papal de San Juan de Letrán antes de celebrar la Misa. “Abrid las puertas de la justicia”, ha añadido. “Por tu gran misericordia entraré en tu casa, Señor”. A continuación, ha empujado la puerta para abrirla y se ha detenido en el umbral en oración, antes de entrar en la basílica.
“Este tercer domingo de Adviento atrae nuestra mirada hacia la Navidad ya próxima. No podemos dejarnos llevar por el cansancio; no está permitida ninguna forma de tristeza, a pesar de tener motivos por las muchas preocupaciones y por las múltiples formas de violencia que hieren nuestra humanidad – ha afirmado el Papa Francisco –. La venida del Señor debe llenar nuestro corazón de alegría. El profeta, que lleva escrito en su propio nombre —Sofonías— el contenido de su anuncio, abre nuestro corazón a la confianza: «Dios protege» a su pueblo. En un contexto histórico de grandes abusos y violencias, por obra sobre todo de hombres de poder, Dios hace saber que Él mismo reinará sobre su pueblo, que no lo dejará más a merced de la arrogancia de sus gobernantes, y que lo liberará de toda angustia. Hoy se nos pide que «no desfallezcamos» (cf. Sof 3, 16) a causa de la duda, la impaciencia o el sufrimiento”.
“Hemos abierto la Puerta santa – ha dicho el Papa Francisco en la homilía de la Misa en San Juan de Letrán –, aquí y en todas las catedrales del mundo. También este sencillo signo es una invitación a la alegría. Inicia el tiempo del gran perdón. Es el Jubileo de la Misericordia. Es el momento de redescubrir la presencia de Dios y su ternura de padre. Dios no ama la rigidez. Él es Padre, es tierno. Todo lo hace con ternura de Padre”.